Todos los que hayan consumido en McDonald’s por lo menos una vez en su vida conocen perfectamente al que fue su mascota por más de 4 décadas. Así es, hablamos del payaso Ronald McDonald, un emblemático personaje que daba identidad no solo a la marca, sino a todos los establecimientos de McDonald’s pues en muchas ocasiones lo encontrábamos sentado en las entradas de los restaurantes, jugando con los niños en los juegos o simplemente pasándose entre las mesas para saludar a los comensales. Para muchos, Ronald era el motivo suficiente para querer ir al McDonald’s más cercano, sin embargo, con el pasar de los años vimos como su imagen se iba tornando más y más difusa, hasta el punto de desaparecer por competo. Pero ¿qué fue lo que realmente sucedió con el payaso Ronald McDonald?

Sus inicios

En el año de 1963, en Estados Unidos se popularizó un célebre personaje, el payaso Bozo (Bozo The Clown), pasando a convertirse en todo un ícono dentro de la sociedad americana, algunos incluso consideran que Bozo fue el mejor payaso del mundo. Con los payasos en el foco de todo el país, McDonald’s no podía quedarse de brazos cruzados, y, ese mismo año, lanzó la imagen de Ronald, un amigable y alegre personaje payaso que tendría su inspiración en Bozo. Willard Scott fue quien dio vida al primer Ronald de la historia, y posteriormente la interpretación fue asignada a otros personajes del espectáculo.

En el año de 1966, Michael Polakovs, quien años atrás trabajó en Ringling Bros. and Barnum & Bailey Circus como Coco the Clown, fue contratado por la cadena de comida rápida McDonald para interpretar a Ronald McDonald. Es él, quien dio el diseño de la ropa y el maquillaje al personaje como lo conocemos hoy… o como lo conocimos.

El misterio de Ronald McDonald

Desde su primera aparición en los medios, el payaso Ronald McDonald ha estado lleno de misterios e intrigas que muchas veces se prestan a las teorías conspirativas e historias ficticias. Pero que se desmienten cuando se entiende más a fondo las implicaciones que conllevaba el interpretar este papel.

Te puede interesar:
Google Trends: Facebook presenta la certificación de seguridad de marca para sus socios de marketing

La marca McDonalds afirmaba con toda seguridad que el personaje era real y se trataba de un payaso mágico, con poderes especiales, de modo que los actores que interpretasen a Ronald debían regirse por dicha declaración. Para asegurar lo anterior, la empresa sometía a los actores a capacitaciones y entrenamientos especiales, además de un ajustado y puntilloso contrato, en el que se les prohibía, por sobre todo, revelar secretos de la marca o su identidad mientras estaban con el disfraz puesto. Esto incluso llevó a un actor a meterse en problemas con la policía, por haberse negado a identificarse cuando un oficial lo detuvo, la interpretación de ese Ronald McDonald particular fue llevada al límite.

Desde los años 60 de su nacimiento, solamente 9 personas han sido oficialmente reconocidas como actores del emblemático personaje Ronald McDonald. Entre estos, hay quienes rumorean la supuesta participación de Aye Jaye, un conocido mago y artista, como “jefe payaso” y encargado de capacitar a todos los Ronald McDonald.

La caída de Ronald

En el año 2002, la publicidad que encabezaba el payaso Ronald, enfocada principalmente para los niños, fue considerada demasiado agresiva e inapropiada. A esto lo siguió las protestas crecientes sobre las repercusiones de la comida rápida en la salud y el estilo de vida de la gente, especialmente los efectos negativos que dejaba en los menores.

Para el año 2003, y con la imagen de Ronald cada vez más desgastada, McDonald’s optó por darle un giro a su papel, nombrándolo formalmente Chief Happiness Officer, un embajador de la felicidad y la diversión a nivel multinacional. Con esta nueva posición, en el 2005 se le veía en comerciales disfrutando de comer frutas y verduras, así como haciendo deporte y actividades físicas. Intentando proyectar una imagen mucho más saludable, los actores ahora eran seleccionados con base en diferentes criterios y parámetros físicos, cosa que antes pasaban por alto.

Finalmente, McDonald’s tuvo que soportar el declive de Ronald después de intentar un relanzamiento con una rejuvenecida imagen del payaso, sin embargo, la aceptación de los clientes y el mercado fue nula. A esto se sumó la incesante tendencia de los Killer Clowns que aparecían por todo Estados Unidos, popularizando una imagen en la que el payaso era sinónimo de miedo y terror. Con este último golpe, McDonald’s decidió guardar el traje de payaso en el armario y comenzar con nuevas campañas, como la mascota Happy.

Te puede interesar:
Coca Cola se hace chiquita.