Con la llegada de las redes sociales, la mercadotecnia dio un giro de 180 grados. La forma de publicitar los productos se tornó mucho más directa y efectiva, pero con el pasar de los años, esta efectividad se vio diluida por un público cansado y agotado de tener que estar viendo anuncios cada 5 segundos. Ahora, para las marcas es mucho más difícil conectar con sus clientes, pues un anuncio que les aparezca en sus redes o que les interrumpa un video los aleja más de ellos.

Con la llegada de la pandemia, la digitalización se potenció, y con ella las compras, el contenido, el entretenimiento, las relaciones, etc. Dejando lugar a un sector antes poco conocido y poco explorado, pero que se convertiría en la piedra angular de la mercadotecnia digital.

Los influencers

En las redes sociales u otros canales de comunicación de comunidad, destacan ciertas personas con una inmensa cantidad de seguidores o ‘followers’, a quienes influyen fuertemente con sus opiniones, críticas y estilo de vida. A estas personas se les conoce como influencers, y más que individuos han pasado a convertirse en personajes públicos.

Influencers VS publicidad tradicional

La publicidad tradicional consta de anuncios, banners o videos mostrados a los posibles clientes (prospectos) con el fin de llamar su atención y generar leads que los lleven a aumentar sus ventas. Sin embargo, cuando estos métodos se adoptaron en las redes sociales, dichas herramientas comenzaron a tornarse cansadas e intrusivas, pues la experiencia del cliente en la red o al ver un contenido se interrumpe por un anuncio, lo que inmediatamente se transforma en un desagrado directo con la marca a la cual pertenece. Para empeorar aún más las cosas, ahora plataformas como Facebook o YouTube, bombardean a sus usuarios con hasta 2 o más anuncios por contenido visualizado, algunos de ellos sin opción de ser saltados, obligando a los clientes a ver la totalidad del anuncio. De esta forma, más que acercar a sus clientes, están alejándolos.

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Por otro lado, los influencers se muestran como individuales, como personas comunes y corrientes con las que muchos se sienten identificados. Algunos, incluso, siguen a ciertos personajes o influencers con una visón aspiracionista, queriendo imitar o vivir el mismo estilo de vida. Es así como logran conectarse de manera mucho más personal, creando una comunidad sumamente fiel y fuerte, por lo que un ‘anuncio’ para sus seguidores es más percibido como una recomendación o un consejo.

Ingresos de los influencers

La industria de publicidad por medio de influencers está en auge, de acuerdo con un estudio de la empresa Dovetale, hay más de 200 millones de usuarios en Instagram con más de 50 mil seguidores cada uno, el número necesaria para poder vivir de publicidad en las redes sociales. Y aunque muchos de estos usuarios si cobran por los posteos, algunos otros aún no perciben ingresos formales.

De acuerdo con un estudio realizado por HypeAuditor, una plataforma de marketing de influencers que encuestó a 1,865 usuarios de Instagram, solo el 48% de éstos percibe un ingreso formal por sus publicaciones. La cantidad de dinero que cada uno gana varía según diferentes parámetros, pero el promedio fue de 2,970 dólares mensuales.

–       Influencers nano (menos de 10,000 seguidores): 1,420 dólares al mes (promedio).

–       Influencers micro (10,000 a 50,000 seguidores): 2,061 dólares al mes (promedio).

–       Influencers grandes (50,000 y 500,000 seguidores): 3,517 dólares al mes (promedio).

–       Influencers macro (más de 1 millón de seguidores): 15,000 dólares al mes (promedio).

El mismo estudio muestra que aproximadamente, del 40% de los encuestados, su principal fuente de ingresos son los acuerdos con marcas. Aunque también presentan otras fuentes de ingresos secundarias como:

–       Marcas o negocios personales: 22% de los encuestados.

–       Marketing de afiliación: 15% de los encuetados.

–       Contenido exclusivo o servicios de suscripción: 8% de los encuestados.

–       Venta de cursos: 4% de los encuestados.

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Plataformas vs Influencers

Con este crecimiento acelerado en la popularidad de algunos usuarios de las redes sociales, las plataformas como Instagram, Facebook o TikTok han tenido un aumento sustancial en la cantidad de nuevos usuarios. Por lo tanto, ambas partes se han convertido en fundamentales para las otras. Por un lado, las redes y las plataformas necesitan de los influencers para aumentar sus usuarios, sus interacciones y para mantener su modelo de negocio. Y por el otro lado, los influencers necesitan de las plataformas para sobrevivir, pues es su medio indispensable de comunicación, sin él, todo su contenido sería imposible de crearse.

Los influencers deben ser muy cuidadosos con el contenido, opiniones y material que comparten, pues de no cumplir con los términos, estatutos y condiciones de las plataformas, pueden correr el riesgo de ser censurados, limitados o hasta bloqueados. Y las plataformas deben tener cuidado con los influencers que limitan, pues puede resultar contraproducente si aprietan demasiado el cinturón.

Un estilo de vida

Si bien muchos pudieran pensar que ser un influencer consiste únicamente en publicar contenido en las redes sociales, la realidad es que es mucho más complejo que eso. El adoptar las redes como un trabajo del día a día requiere tiempo, esfuerzo, planeación y mucha creatividad. Contrario a lo que algunos pueden pensar, el ser influencer también puede resultar agotador, y hay quienes optan por no llevar un estilo de vida así. Igualmente, escalar hoy en día hasta el nivel de un gran influencer es cada vez más complicado, pues el terreno se encuentra dominado por las grandes figuras y dejan poco espacio para los emergentes.