A partir de la revolución digital, el teléfono celular se ha convertido en un elemento fundamental dentro de nuestra vida diaria, una extensión más de nuestro cuerpo que, al parecer, requerimos de manera forzada para sobrevivir.

Si bien esta herramienta tecnológica ha facilitado mucho nuestras tareas y trabajos, la dependencia que este genera también a comenzado a entorpecer nuestro estilo de vida. Lo que hace unos años servía únicamente para comunicarse a largas distancias, hoy se ha transformado en nuestra fuente de información, en nuestro almacén de notas y recuerdos, en nuestra agenta y hasta en nuestro medio de interacción con el mundo, lo que resulta más preocupante.

¿Qué en es nomofobia?

De acuerdo con el estudio “Nomofobia. Enfermedades del siglo XXI” en el 2017, 4.9 mil millones de personas contaban con un teléfono móvil, lo que corresponde al 66% de la población mundial. De esta población, mas de la mitad (61%) revisa su celular en los primeros 5 minutos después de despertarse, todos los días. Esto ha encendido una alarma, pero, sobre todo, ha gestado la aparición de nuevos trastornos, entre ellos, la nomofobia.

mil millones de personas con celular

%

Población con teléfono celular

%

Población revisa su celular 5 min después de despertar

Según la BBC en su artículo “¿Cómo sé si padezco “nomofobia”, miedo irracional a no tener el móvil (ni WhatsApp)?” la nomofobia se define como la ansiedad o miedo irracional que se manifiesta tras someterse a periodos de tiempo sin conexión o sin teléfono móvil. Y es más común de lo que parece, la caída de las redes sociales el pasado lunes 4 de octubre ha puesto de manifiesto la cantidad de personas propensas a ser nomofóbicas.

En sí, esta ansiedad se deriva de la incapacidad de establecer comunicación inmediata con el mundo, de sentirse aislados y desinformados de lo que acontece en su entorno. Si bien puede parecer inofensivo, a la larga, puede causar serios deterioros en la personalidad, en la autoestima, en los hábitos y en el rendimiento académico y laboral que la persona tiene. En otras palabras, una pequeña nube gris comienza a acechar la vida de alguien que padece nomofobia, impidiendo que salga de este estado pseudo depresivo sin ayuda.

Te puede interesar:
Google Trends: Revelan uso de químicos dañinos en producción de galletas Oreo

¿Cómo prevenirla?

En el caso de los niños, es fundamental que los padres limiten el uso del celular en el día, y que pongan cuidadosa atención sobre la utilidad que le dan al dispositivo. En caso de tratarse de un adolescente o adulto joven (18 – 32), el ser consciente de la problemática, de las consecuencias futuras, y comenzar a tomar acción en pro de controlar la situación, antes de que ésta le controle. Para hacerlo, es crucial limitar los tiempos de uso del teléfono móvil.

Todo en exceso es malo, y esto debe comprender al uso del celular por igual, se debe limitar su acceso según el contexto en el que se encuentre, y según el tiempo necesario. Por ejemplo: Lo utilizaré una hora antes del trabajo, únicamente para ver las noticias más importantes del día. / Lo podré usar 45 minutos, en cuanto termine mis deberes.

El autoimponerse medidas restrictivas sobre el uso del celular, permite que uno tome el control de la situación, le permite ver el teléfono como lo que realmente es: una herramienta de vida, y más importante aún, permite sacarle el mayor provecho posible.

Hoy en día no es posible vivir desconectado, pero de uno mismo depende el que esta conexión le favorezca, o le perjudique.