El mundo de la robótica exhibido es fascinante: un brazo articulado capaz de caligrafiar caracteres, androides del grupo local de electrodomésticos Gee tocando el tambor, un robot-pez que da vueltas en un acuario o una máquina-murciélago que emprende vuelo.
Más lejos, autómatas con pantalla de la firma cantonesa Inbot, capaces de ejercer de profesores o de vendedores, efectúan una sincronizada coreografía, mientras que otros robots miniatura disputan un partido de fútbol.