En la recta final de los procesos electorales en México que decidirán quien será el próximo Presidente de la República se ha iniciado un vehemente ataque contra los estudios demoscópicos y la veracidad de sus resultados.

Los diferentes actores políticos, especialmente los que van abajo en la preferencias de los votantes, se están dedicando a desprestigiar indiscriminadamente casi cualquiera de las encuestas publicadas e incluso han llegado a cuestionar el funcionamiento de la fórmulas matemáticas que permiten definir los tamaños de las muestras.

¿Cuál es el problema?

Las encuestas y estudios de mercado han demostrado su eficacia para identificar las necesidades de clientes y conocer su opinión sobre productos y servicios desde hace varias décadas. Esto llamo la atención de los políticos y fue así que vieron su utilidad para conocer las preferencias del electorado y posteriormente aplicar su uso para fines propagandísticos.

Pero así como la economía y la mercadotecnia han terminado siendo satanizadas por los políticos cuando se dan cuenta que son conceptos más complejos que no atienden caprichos, hoy las encuestas son el chivo expiatorio de su preferencia para justificar su mal desempeño.

En el caso de México, ante los resultados de las encuestas que muestran al puntero de la contienda presidencial con cerca de 20 puntos de diferencia a casi dos semanas de la contienda , se empiezan a buscar pretextos para desacreditar los estudios que han sido publicados hasta el momento.

¿Diferencias Importantes?

Es cierto que hubo diferencias considerables entre los porcentajes de los resultados de la votación presidencial de 2012 y los resultados de las encuestas, sin embargo, el orden en que quedaron los participantes y la diferencia entre el primer y segundo lugar fueron incuestionables. Es importante mencionar que existe una hipótesis que implica que hubo una disminución en la asistencia de votantes a las casillas en vista de la brecha existente entre el primero y segundo lugares según las encuestas. De hecho esto es un tema que el actual puntero esta tratando de evitar mediante spots publicitarios.

De cualquier forma, las diferencias entre las encuestas y los resultados finales pusieron en tela de juicio a la industria de Investigación de Mercados y trajo consigo una serie de modificaciones y exigencias para las empresas que ofrecen estos servicios. Entre otras cosas se definieron pautas que debían cumplirse para la publicación de los resultados de encuestas en medios de comunicación.

Esto definitivamente ha ayudado a reducir la proliferación de “encuestas patito” para la elección presidencial, sin embargo, en las elecciones locales sigue existiendo aún poco profesionalismo y menos control.

Entre las encuestas presidenciales seguimos observando tendencias a favorecer a uno u otro candidato, lo que depende muchas veces de quién paga por el estudio. Sin embargo cuando comparamos los diversos estudios disponibles empezamos a ver similitudes que nos dan una idea general de como podrían ser los resultados o identificar estudios que no corresponden con la tendencia de los demás.

Poll of Polls o Agregadores de Encuestas:

Hoy en día también tenemos acceso a los agregadores de encuestas, que son sitios en internet que utilizan la información de diversas encuestas para crear sistemáticamente un promedio de todas ellas. Estas herramientas han sido de gran utilidad por que logran brindar una idea más objetiva de como se mueven las preferencias del electorado.

Cada Agregador define y explica la metodología que utiliza para generar su propio índice, y por lo regular se trata de tomar en cuenta la calidad de las encuestas para ponderarlas eficientemente. Las Poll of Polls son muy útiles ya que de alguna forma permiten controlar los sesgos y tener una fotografía basada en mayor información.

A poco más de 2 semanas de las elecciones para presidente en México, los resultados que arrojan los agregadores más conocidos en el país (Oraculus, Bloomberg y Numerika) son los siguientes:

Los resultados que se muestran con fecha 14 de junio nos indican que si las votaciones fueran este día el ganador de la contienda sería Andrés Manuel López Obrador con una diferencia de más de 20% sobre su más cercano competidor. Podemos observar que el comportamiento de las gráficas de los 3 agregadores han sido muy similares, razón por la cual podemos pensar que sus mediciones son una buena aproximación de la intención de voto del electorado mexicano.

Yendo más a detalle considero que se puede concluir que tanto las campañas electorales como los eventos que se han dado a través de la misma  (como los debates o los “escandalos” de los candidatos), no han tenido incidencia sobre el muy probable resultado final el día de las votaciones. Basado en este comportamiento registrado también considero que es muy baja la probabilidad de que un evento modifique el resultado final, pues pareciera que en términos generales las tendencias se definieron desde hace mucho tiempo, incluso antes de las campañas.

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Todos contra las encuestas.

Ante esta situación, los contendientes menos favorecidos en las encuestas intentan desacreditar su veracidad con argumentos bastante cuestionables y en muchos casos falsos. A continuación mencionamos los más comunes:

​​Las encuestas no son la votación.

​​Por supuesto que las encuestas no son lo mismo que la votación, y por ello tampoco podrían tener el mismo valor, eso es un hecho. La encuesta puede ser una herramienta para entender lo que esta pasando durante la época de campaña, y mediante una o varias “fotografías” entender como podría ser el resultado final.  Sin embargo, aquí cabe aclarar que son muchos los estudios que se han llevado a cabo bajo la misma premisa y los resultados en su mayoría son consistentes. En este caso el candidato puntero lleva una diferencia considerable que no se ha visto disminuida a lo largo de los comicios y que seguramente se vera reflejada en los resultados electorales.

La encuestas han fallado antes:

Este es uno de los argumentos más utilizados por los detractores, y por lo general suelen mencionar el caso de los resultados referentes a las votaciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 y el referéndum del Brexit. En ambos casos se menciona que las encuestas marcaban un resultado diferente a los que dieron las votaciones, pero aquí es importante explicar el contexto en que se dieron ambos casos.

En el caso de las elecciones de los Estados Unidos las encuestas daban un triunfo cerrado a favor de Clinton sobre Trump, pero fue este último el que se alzó con la victoria. Los puntos importantes a considerar en este resultado son los siguientes:

  • Las encuestas mostraban un resultado dividido entre 2 contendientes, y cuando se revisan los detalles de los estudios individuales podemos observar que el error muestral promedio era de +- 3.  Bajo esta perspectiva la mayoría de los casos representaban empates técnicos y esto es particularmente difícil de eliminar en una elección tan cerrada como fue el caso, ya que la única forma de reducir el error sería hacer prácticamente un censo, lo cual no es viable. El caso actual mexicano esta lejos de esta situación tomando en cuenta que la diferencia esta alrededor de los 20 puntos.
  • Los encuestadores en realidad no se equivocaron, ya que el resultado final arrojó un 48.5%  a favor de Clinton contra un 46.4% de Trump del voto popular. El problema es que su sistema electoral no se define de ésta forma, sino por medio de un Colegio Electoral que otorga un número de electores a cada estado para llegar a un total de 538. Si un candidato tiene el mayor porcentaje de voto popular en un estado se queda con el total de los votos de ese estado otorgados por el Colegio Electoral.

Para el caso del Brexit las encuestas previas al día de la votación mostraban 51% a favor de mantenerse en la Unión Europea, contra 49% que pedían que Reino Unido se retirara. Al igual que en el caso de las elecciones en E.E.U.U. las encuestas realmente mostraban un empate técnico. Lo que se podía asegurar era que el triunfo de una u otra opción sería muy cerrado para pronosticarlo, siendo finalmente 51.9% contra 48.1% a favor de abandonarlo.

En ambos casos las encuestas dieron una aproximación muy cercana a lo que se presentaría en los resultados de la votación, pero no se puede tratar de mentir diciendo que estos casos demuestran que las encuestas no sirven para pronosticar los resultados de este tipo de eventos, sino todo lo contrario. Lo importante es aprender a utilizar estas herramientas y entender el alcance de cada estudio.

El tamaño de las muestras no es suficiente:

Otro argumento ha sido mencionar que es imposible determinar cómo sería el voto de 80 millones de electores con una muestra de 1800 personas, pero este número no se decide de forma arbitraria. Las empresas encuestadoras serias utilizan la estadística para determinar esto y llevar a cabo su ejercicio de medición con una metodología científica.

La estadística no puede ponerse en tela de juicio a partir de la percepción y subjetividad de los políticos, que cuando los números no les favorecen tratan de descalificar. Cabe recordar que hace 6 años Andrés Manuel López Obrador usaba los mismos argumentos cuando las encuestas no lo favorecían, pero ahora no opina lo mismo.

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Hay que recordar que la estadística es una rama de las matemáticas que con las mismas fórmulas permite realizar estudios para el desarrollo de avanzados medicamentos o incluso en su momento permitió al hombre llegar a la luna.

Determinar el tamaño de la muestra es importante, pero aún más importante es la metodología que se utiliza para recabar la información del estudio. En este punto las empresas definen la forma en que contactará a los individuos, por ejemplo vía telefónica o cara a cara, o incluso en la actualidad por medio de redes sociales. La elección depende muchas veces de la conveniencia que ofrece cada medio, pero siempre hay que considerar que cada una de estas opciones tiene limitaciones en su alcance.

A lo anterior, volvemos a reiterar la importancia de los ejercicios Poll of Polls, que mediante la integración de diferentes estudios con metodologías diversas permiten reducir estas posibles desviaciones.

Todas las personas a las que he preguntado van a votar por mi candidato:

Este puede ser el argumento más absurdo de todos, pero aún así muchos lo usan de manera indiscriminada. Esto lo podemos escuchar de la voz de representantes de partido, importantes empresarios o de nuestro vecino, quienes afirman que sus propios sondeos no coinciden con lo que las encuestas muestran. El problema con estas afirmaciones es el hecho de que sus visiones tienen un sesgo importante, que además se ve magnificado por el uso de redes sociales que generan las conocidas Burbujas Sociales que difícilmente nos permiten darnos cuenta lo que opinan las personas fuera de nuestros círculos cercanos.

La verdad sobre el voto útil o los indecisos:

Como un último recurso desesperado, los candidatos que van abajo en las encuestas hacen matemáticas para sumar los votos de otros de sus competidores y asegurar que así podrían ganar la contienda, sin embargo, esto no funciona de esta forma. Para empezar, una transferencia de votos de forma directa de un candidato a otro es poco menos que probable, y en el caso particular de que algunos votantes decidieran cambiar su voto, lo más probable es que se dispersen los votos entre los diferentes candidatos, teniendo un efecto mínimo sobre el resultado final.

Para el caso de los indecisos lo más probable es que los votos tengan un comportamiento similar a lo observado en el estudio, por lo cual ante un escenario como el que presenta la elección en México, no representa un cambio sobre los posibles resultados.

Tal vez los políticos deberían dejar de cuestionar los resultados de las encuestas y tratar de explicarnos porqué razón no trabajaron en la implementación de un sistema de votación que considerara una segunda vuelta.

Las encuestas como herramientas para la toma de decisiones.

Definitivamente podemos contar con las encuestas como una herramienta para fines políticos o comerciales, pero si realmente queremos aprovecharlas debemos entender la forma en que se desarrollan y cuales son los puntos importantes a considerar para evaluar su veracidad.

Las redes sociales han resultado un ambiente inmejorable para la propagación de noticias falsas, y como parte de estas se han colado una cantidad importante de falsos estudios de opinión o resultados alterados de encuestadores. Por esta razón siempre debemos de buscar la fuente original, y para el caso de las encuestas revisar las fichas técnicas del estudio para entender su alcance.

Lo que debemos entender como electores es que las encuestas nos reflejan el sentir del electorado, y aunque los resultados no favorezcan nuestras preferencias, lo importante es tratar de entender las situaciones que nos han llevado hacia estos posibles escenarios.

¿Cómo puedo identificar una encuesta o estudio de preferencia electoral seria?

Una encuesta seria siempre incluirá una ficha metodológica, la cual de acuerdo con la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado (AMAI), deberá incluir lo siguiente:

  • Población sujeta a estudio
  • Fecha de levantamiento
  • Esquema de selección de muestra
  • Tamaño de muestra
  • Perfil de la muestra encuestada
  • Técnica de recolección de datos
  • Personal involucrado
  • Diseño y exploración de resultados
  • Método de estimación de resultados
  • Error máximo y confianza de las preguntas electorales
  • Regiones en que se dividió el país
  • Preguntas electorales (con y sin urna, posición en cuestionario)
  • Tasa general de rechazo a la entrevista