La fiscalía denunció que Windows 10 tiene activadas por defecto opciones que permiten a Microsoft recopilar informaciones privadas como la geolocalización, el historial de búsquedas online e incluso, los correos electrónicos. Esto es así porque al actualizar la última versión del sistema operativo, la autorización para la recogida de datos se ejecuta automáticamente y sin pedir permiso al usuario.
El tribunal ha considerado, tal y como criticaba la acusación, que desactivar los permisos es demasiado complicado. Por ello, ha dado un mes a Microsoft para cumplir con la decisión judicial. Por el momento se trata de una cautelar que no incluye multas. Las grandes empresas tecnológicas se encuentran en el punto de mira por cuestiones relativas a la privacidad de datos. Otras como Facebook, modificaron recientemente sus opciones para preservar los datos personales de sus usuarios.