Hoy usted puede gestionar consultas de créditos, solicitar estudios financieros e incluso en cuestión de minutos le pueden poner en marcha un crédito para un vehículo a través de un smartphone, pero el proceso digital se estanca allí. Para formalizar su trámite tendrán que mediar los papeles.
Esta situación se da porque no existe una regulación ni un ambiente financiero controlado para que las gestiones dependan solamente de la tecnología. Seguimos amarrados a los requisitos de la banca tradicional.
México dio un gran paso en la región al apostar por la innovación y respaldar a las fintech con un marco regulatorio que incentiva la creación de productos y servicios financieros que estén impulsados por las nuevas tecnologías.