Reemplazar una gaseosa azucarada o una cerveza al día por un vaso de agua podría reducir el riesgo de obesidad en un 20 por ciento, según concluye una investigación realizada por expertos de la Universidad de Navarra y el Área Temática de Obesidad y Nutrición del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERobn).
La obesidad es un problema importante para los países desarrollados y en desarrollo, y su causa principal es el desequilibrio energético debido al estilo de vida inactivo, los factores epigenéticos y la ingesta excesiva de calorías a través de alimentos y bebidas. Un alto consumo de bebidas con muchas calorías, como bebidas alcohólicas o endulzadas, es un factor clave en el aumento de peso.