El año comienza y las expectativas económicas en México se encuentran llenas de incertidumbre debido a múltiples factores nacionales e internacionales. A continuación mencionamos algunos temas que debiéramos tener presentes para entender mejor como pueden verse afectadas nuestras empresas e incluso nuestra economía personal con la finalidad de prevenir y ser proactivos.

Facturación Electrónica (CFDI 3.3):

De este tema escuchamos mucho el año pasado, pero la realidad es que apenas comenzamos pues hasta el momento la mayoría de las empresas solo hemos pasado el engorroso tema de su implementación. Lo que viene ahora es su aplicación, y con ello temas como el Complemento de Pagos o el nuevo proceso de Cancelación que entrarán en vigor a partir del 1 de abril y 1 de julio de 2018 respectivamente.

Donde más atención debemos poner es en la forma en que las autoridades utilizarán la información que aportamos en el registro de Clave de Unidad, Clave de Producto o Servicio y Uso de CFDI, para los cuales no se considerarán infracciones por errores en dichos campos en los CFDI emitidos hasta el 30 de Junio de 2018.

Sin embargo a partir de esa fecha, la información que aportemos podría generar problemas tanto para los emisores como los receptores del comprobante fiscal ya que la autoridad pretende utilizarla para determinar la deducibilidad de las operaciones o encontrar inconsistencias. Por esta razón va a resultar importante corroborar que los códigos que utilizamos y recibimos, así como el campo de uso de CFDI, sean los más precisos posibles. En este caso sirve mucho ponernos de acuerdo con clientes y proveedores para que exista coherencia en las operaciones que se realizan a lo largo de una cadena productiva.

Cambios en la Miscelánea Fiscal Mexicana:

El presidente Enrique Peña Nieto y su gabinete prometieron no hacer cambios en materia de impuestos durante su sexenio, lo cual entre otras cosas, permitió dar certidumbre a los inversionistas. Esta situación se mantuvo hasta ahora, pero dada la aprobación en diciembre pasado de la reforma fiscal propuesta por el gobierno de Donald Trump, es necesario revisar las afectaciones que esto puede traer y si es necesario hacer modificaciones locales para contrarrestar sus efectos.

Los cambios en la legislación Norteamericana pretenden permitir el retorno de capitales a su país, así como también fomentar la inversión local, sin embargo, no queda claro si los cambios realizados realmente puedan tener efecto por lo que es mejor ser prudentes antes de reaccionar ante esta situación.

Aquí solo queda esperar y ver cual es la propuesta de nuestras autoridades, buscando antes que otra cosa mantener la estabilidad de la economía y en primera instancia mantener las inversiones en nuestro país.

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Tratado de Libre Comercio de Norteamérica:

El acuerdo comercial sigue en las mesas de negociación, y si fuera por los verdaderos interesados que son las industrias mismas, este debería de continuar con adecuaciones al contexto actual. Sin embargo, este tema se ha convertido en un tema político, tal como se mencionaba en nuestro artículo El TLCAN más allá de la política.

El problema es que el gobierno de Donald Trump quiera utilizarlo con fines políticos, tratando de complacer a su base votante que culpa a dicho tratado de la pérdida de empleos. La realidad es que su cancelación afectaría principalmente a los Estados Unidos.

Para estar un poco más tranquilos, es importante considerar que ni la cancelación del tratado ni los cambios en la reforma fiscal de ese país serían motivos suficientes para pensar que las cadenas productivas que se han formado en los tres países a lo largo de tantos años se desmantelen de la noche a la mañana.

La cancelación del tratado llevaría a México a realizar sus tratos comerciales con Estados Unidos bajo las regulaciones de la Organización Mundial de Comercio, las cuales prevén que no existan abusos en la aplicación de aranceles entre los países miembros. Aquí lo importante es considerar los cambios que afectarían a cada industria en particular y considerar opciones comerciales que puedan ser alternativas atractivas.

Elecciones Presidenciales en México:

México elige a su nuevo presidente en el mes de julio, y desde mi punto de vista, la diferencia no esta en los colores o partidos sino en el modelo económico a seguir. Tanto el PRI como el PAN defienden un modelo económico iniciado en su momento por Ernesto Zedillo, el cual ha permitido crear bases sólidas que le han permitido a nuestra economía mantenerse estable ante situaciones complejas de los mercados internacionales. Es cierto, la economía ha crecido poco anualmente en términos porcentuales, sin embargo lo ha hecho de forma consistente, mientras que la inflación y el crecimiento en la inversión han sido constantes.

La mayor parte de la población en México prefiere el modelo económico antes mencionado, sin embargo, la pulverización del voto entre los principales partidos, y los partidos más pequeños, le da la posibilidad a un tercio de la población de decidir nuestro gobierno. Es una lástima que nuestros políticos no aprendieran de lo sucedido en 2006 y que no se haya buscado la posibilidad de establecer una segunda vuelta que ayudará a legitimar un proceso con estas características.

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Por otro lado, el candidato del partido Morena, que repite por tercera vez en su búsqueda por la Presidencia de la República lidera las encuestas. Sin embargo, su modelo económico no queda claro y tiende a utilizar una retórica populista. Durante sus años al frente del gobierno de la Ciudad de México utilizó a la iniciativa privada para revitalizar la economía de la ciudad, sin embargo por otro lado, fomentó la incorporación de programas asistencialistas al más puro estilo del PRI anterior a la alternancia.

Es importante que la iniciativa privada y los votantes se involucren activamente en la política y cuestionen a los candidatos sobre sus programas de gobierno, planes de trabajo y las personas que integrarán su gabinete. La participación activa de la sociedad y el fortalecimiento de las instituciones son importantes para mejorar las perspectivas del país.

La especulación sobre cualquier cosa.

Todas las situaciones anteriores crean expectativas en diferentes direcciones, y es aquí donde México se ha convertido en un terreno fértil para la especulación financiera. Nuestro país ha tomado decisiones económicas importantes como utilizar un tipo de cambio flotante, y ahora liberar los precios de las gasolinas. Intentar controlar estos precios de forma asistida solo causa peores resultados, como la historia de nuestra propia economía puede corroborarlo, sin embargo también permite a algunos tomar ventajas de los movimientos del mercado.

Nuestro mercado suele reaccionar de forma notoria ante situaciones de incertidumbre y especulación. Esta situación se da en parte debido a las sobrerreacciones de los inversionistas en nuestro país que muchas veces se dejan llevar por rumores y mentiras difundidas por especuladores que buscan sacar partido de este comportamiento. Esta situación fue detectada por el Banco de México desde hace tiempo, y por esta situación dejo de reaccionar de forma inmediata a los movimientos del tipo de cambio, esperando que el mercado retomara solo su nivel.

Todos los temas anteriormente mencionados brindan altos niveles de incertidumbre a nuestro país, pero el hecho de contar con una base económica bien fundamentada y la posibilidad de prepararnos para sortear dichas variables, nos dan también la oportunidad de pensar en la forma de aprovechar las coyunturas a favor nuestro.

Crear planes estratégicos, de marketing y comercialización para nuestro negocio, nos da la posibilidad de reducir la incertidumbre y prever las situaciones adversas. Otra recomendación es buscar asesoría financiera para utilizar coberturas cuando nuestras empresas tienen gran dependencia de ciertos insumos, productos o el mismo tipo de cambio, con lo cual se busca reducir su volatilidad y facilitar la planeación.