Cuando se habla de planear muchas personas creen que es algo reservado únicamente para las empresas, que planear no es algo importante para las personas normales cuyos trabajos no son de gran impacto o que no hay muchas personas que dependan de ellos, pero lo que realmente sucede es que no ven el impacto positivo de planear.

Planear no debe de ser una tarea compleja, sin embargo, todos deberían de saber que la planeación es un paso fundamental para poder lograr las metas que una persona o empresa se propone, en otras palabras, la planeación es la base para poder llevar a la realidad cualquier proyecto. Esta actividad (planear) debe considerar factores como los avances tecnológicos, los cambios climáticos y la economía entre otros, dependiendo la meta que se quiera lograr.

Entendido esto, ¿sabemos realmente para qué sirve planear?

Hace posible y real aquello que deseas. Sabemos que desde tiempo atrás a algunas personas  les cuestan trabajo esforzarse en la necesidad de planear. El agotamiento y la falta de recursos es el primer factor por el cual las personas no planean y no tienen la visión de emprender.

El hecho de que las personas o empresas no hayan tenido buenas experiencias con la planeación no quiere decir que no sea un proceso conveniente y necesario para darle orden a la organización, gestionar la incertidumbre y tomar las decisiones correctas. El método no debe opacar el verdadero propósito: hacer lo correcto, con dirección fija.

Siguiendo estos sencillos pasos se puede llegar a una buena planeación:

1.DIAGNOSTICAR:

En esta fase se realiza un diagnóstico de la relación entre el proyecto y el medio al que se dirige, fijando, además, su grado de viabilidad. Si alguna de éstas arroja resultados incompatibles con la naturaleza del proyecto, es preciso introducir las reformas necesarias.

2. PLANIFICAR:

Confirmada la viabilidad del proyecto, el siguiente paso es establecer sus objetivos. Es decir, dar respuesta a una serie de preguntas relacionadas: ¿qué busca la empresa con la persona?, ¿para qué lo lleva a cabo?, ¿dentro de qué valores y principios lo enmarca? y ¿qué resultados espera tras su puesta en marcha?. Los objetivos ayudan a centralizar toda la información que se genera en torno al plan y, a la vez, guían la toma de decisiones de las personas que están a cargo. Además, una vez ha terminado el proceso, son una buena herramienta para evaluar la eficacia del proyecto.

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3. VERIFICAR:

Hechas todas estas valoraciones, el proyecto entra en su fase decisiva: determinar las fechas, los plazos de ejecución, las labores que se llevarán a cabo y las estrategias que se pondrán en marcha. Un plan de trabajo es, en esencia, la hoja de ruta de un proyecto. Sin embargo, no debe ser una falla para quienes lo elaboren; al contrario, es preciso que se conceda un cierto margen para aquellas eventualidades que se puedan generar durante el proceso.

 4. HACER:

En esta última fase, los gestores deben responder a una pregunta fundamental: ¿se han cumplido los objetivos iniciales? Lo más habitual es que se elabore un documento que recoja las principales conclusiones del proyecto.

Un claro ejemplo puede ser: cuando un joven quiere comprar un automóvil, no sabe qué modelo escoger  y qué obstáculos se le pueden presentar cuando lo compre por lo que todo se le dificulta más. Así es la planeación, si no planeas haces las cosas bajo un grado muy alto, siendo que al planear podr´´ias estar adelantado a los posibles obstáculos que se pueden presentar en el camino y estás mejor preparado para enfrentarlos.
Si quieres empezar a planear desde joven hay muchas maneras como se menciono anteriormente y es tan fácil que puede ayudar a convertirte en un gran emprendedor.

El planear es un proceso que describe muy bien lo que es la esencia de lograr los objetivos y refleja lo que las empresas necesitan hacer si quieren ser competitivas a lo largo del tiempo. No tener los conocimientos suficientes para planear crea, un problema económico o de estabilidad.