Muchas cosas se siguen diciendo respecto al proceso de liberación del precio de la gasolina y sus efectos inmediatos hacia todos los consumidores, sin embargo también es importante señalar que esta medida puede traer beneficios en el mediano plazo para los consumidores y en general para la sociedad de una forma que pocos visualizan.

Consumo desmedido.

México hasta antes de esta medida seguía siendo de los pocos países que mantenían el precio de la gasolina controlado a través de subsidios al igual que países como Venezuela, Bolivia y Ecuador. El problema de esta situación es que si revisamos los precios históricos de México contra el mercado internacional, estos no reflejaban los cambios en los costos. Por otro lado podemos observar como el consumo de gasolina en el país ha estado incrementando año con año hasta colocarnos por encima de países como Alemania, Italia, Chile, España, Francia, Argentina y Brasil en consumo per cápita.

Esta definitivamente no es una cifra para sentirse orgullosos, y menos en un momento en que las economías de los países más avanzados están enfocados en la reducción del consumo de combustibles fósiles. Esto solo exhibe que nuestro país sigue siendo una economía altamente dependiente de las gasolinas, gracias en gran parte a esta política de control de precios. Pensando mal, tal vez dicha política se mantuvo por tantos años debido a intereses económicos que a su vez han impedido el desarrollo de otras opciones de transporte que son mucho más eficientes, como por ejemplo los trenes.

Incremento del parque vehicular.

De acuerdo con la AMDA, las ventas de vehículos ligeros incrementaron 19% y 18.6% en 2015 y 2016 respectivamente con relación al acumulado de enero a diciembre del año anterior. Esto representa que en los últimos 2 años se incorporaron al parque vehicular casi 3 millones de nuevos vehículos.

Son estas cifras las que desde mi punto de vista no se han considerado con la importancia que ameritan. Hablar de 3 millones de automóviles adicionales en los últimos años es también considerar el incremento en consumo de gasolina y el subsidio correspondiente que implica. Cabe mencionar que muchos autores han señalado que el subsidio a la gasolina es un impuesto regresivo que termina beneficiando principalmente al 20% de la población con mayores recursos.

Pero además, es aquí donde debemos de ahondar en los costos ocultos. A diferencia de muchas otras economías donde los precios de las gasolinas pueden fluctuar de acuerdo al mercado, nosotros como consumidores nos hemos hecho insensibles e irresponsables en el consumo de carburantes, así como a las consecuencias económicas y ecológicas que esto acarrea.

Los vehículos ligeros han sido identificados por múltiples estudios independientes como la principal fuente de contaminación del aire en las grandes ciudades, lo cual implica problemas de salud que se reflejan en miles de muertes, así como también miles de millones de dólares en costos médicos y pérdida de productividad.

De acuerdo con datos del IMCO, tan solo en México, la contaminación del aire ocasiona aproximadamente 5,000 muertes, 14,000 hospitalizaciones, 818,000 consultas, $3,396 millones de pesos en pérdidas en productividad y $728 millones de pesos en gastos de salud al año.
http://imco.org.mx/calculadora-aire/

Como ejemplo, cabe recordar la cantidad de días de contingencia ambiental y medidas extremas que tuvieron que tomarse a lo largo de 2016 en la zona metropolitana de la Ciudad de México para darnos cuenta de los altos costos que esta trayendo consigo el incremento indiscriminado de vehículos que se ha venido dando.

Definitivamente la liberación del precio de la gasolina en este momento no ha sido bien recibida por la mayoría de la población y esta siendo utilizada con fines políticos, sin embargo, considero que es una medida que debía haberse tomado desde mucho tiempo antes por motivos económicos y de desarrollo sustentable. Además hay que recordar que no es una decisión unilateral por parte del presidente, si no una de las medidas contempladas en la Reforma Energética que fue acordada y ratificada por el Senado y la Cámara de Diputados, quienes nos representan como ciudadanos.

Las consecuencias de las que no muchos hablan son que ahora las personas se empiezan a preocupar más por su consumo de combustible, que si bien no nos importaba antes por temas ecológicos, por lo menos ahora las observamos por que nos pegan en la cartera. Hasta el año pasado pocos se preocupaban por los consumos de gasolina cuando seleccionaban un auto nuevo e inclusive los autos en México desde hace tiempo que habían dejado a un lado la presentación de consumos en etiquetas visibles como sí se utiliza en otros países.

La situación nos presenta una oportunidad para ser más responsables y tomar mejores decisiones económicas y sustentables. Debemos dejar atrás el reclamo para nuestro propio beneficio de subsidios en el precio de la gasolina por parte de los gobiernos (federal, estatal y municipal) , comenzando a exigirles y asegurarnos que nos brinden servicios de transporte público eficientes, dignos y asequibles con una visión comprometida con el desarrollo sustentable de nuestra sociedad y el futuro de las nuevas generaciones.

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